Hablando con mi Beduino...



Conversaciones con dios (sábados Literarios)


Es inestable y difícil de prever,
tiene sangre caliente y apenas balbucea
cuatro palabras coherentes, sin embargo
es de los más leales y prende rápido
cuando siente que le sientes, mana profundamente
desde la misma boca del estomago,
y se divide como un relámpago a la conquista
del cuerpo, mi beduino, siempre tan fiel,
a mis silencios, esta callado y pensativo,
mientras su aliento acaricia todos mis demonios
llevándoselos lejos, aprieta mi diafragma para oír
el llanto conmigo y después se acomoda mientras
recoge lento mis lagrimas
guardándolas para la siguiente velada.

Me dona por momentos sus misterios,
el honor y la gloria mientras su espíritu
me conduce a un siglo de historia,
vive al mismo borde del precipicio
y en su sed de amor estabiliza mis sentidos,
ocupándose sin diferencia de la parte
donde se soporta el mástil,
mi niño tierno y atrevido,
a veces juega hermético, a esos colores que bajo el techo
del mundo y a la media noche se convierten en pelusas de luz,
alcanzamos el grado de suspensión, flotamos como la seda
al contacto del viento, es entonces cuando hablamos,
con voz, tonos indiferentes de gran valor,
se perfilan superiores a nuestros ojos, cerrándolos
en el candor de la conversación, a veces le grito,
mientras se filtran palabras que nada tienen que ver
con la realidad,
todo es opaco, de capas superpuestas, pero entre él y yo,
solo una sinagoga fulmina el cielo navegando de noche,
fusionando la naturaleza a la carne,
por supuesto el atrona y surge el astro haciéndonos creer
que la conquista de nuestros pensamientos son sedentarios,
siempre me observa y en su propia perfección
da sentido a la mañana.



Nuestras charlas son de estar, de ser, de impulsarnos,
tomando formas y experiencias, como un circulo
que da vueltas y vueltas, hasta encontrar la paz,
dormir, delirar, resistir.


Misk